Par : Jérémy
Publié : 21 juin 2013
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La historia de Arturo

Érase una vez, Arturo, un caballero andante, fuerte, valiente y elegante que buscaba el amor. Él estaba montado en su caballo blanco y conocía casi todas las leyendas del reino de Villahermosa.

 

Una tarde, ellos andaban en un bosque y tras dos horas de paseo, al caer la noche, instalaron su campamento. Pero, en el bosque, había un enano que devoraba los caballos y Arturo no lo sabía. El enano se llamaba Borán. En plena noche Borán se dirigió hacia el caballo de Arturo. Cuando Borán estaba delante del caballo, Arturo, que estaba en lo alto de un árbol durmiendo, despertó al oir un ruido y se lanzó en el enano. Siguió una pelea entre Arturo y Borán.

Después de haber vencido y atado a Borán, Arturo conversó con Borán. El le habló de un torreón que alojaba a una persona que buscaba el amor como Arturo. El torreón estaba a la salida del bosque. Arturo picado por la curiosidad se durmió pensando en este torreón.

 

Al levantarse por la mañana, Arturo subió en su caballo y ató a Borán detrás de él para que le enseñara el camino hacia el torreón. Tras una hora atravesando el bosque, llegaron delante del torreón que no tenia puerta sino un único ventanal a 10 metros de altura. Arturo subió al torreón trepando y pasó por el ventanal. Llegó a una habitación y vio, escondida detrás cortinas de tela blanca, a una persona en una cama. En este momento, Arturo imaginaba que encontraría a su alma gemela, a una persona hermosa, con el pelo rubio, los ojos azules y unos labios rojo sangre.

Arturo se acercó a la cama, abrió las cortinas de tela blanca, se arrodilló, se aproximó a los labios de la persona que estaba durmiendo y la abrazó. De repente, la persona se levantó de su cama, se acercó a Arturo. La persona cogió la mano de Arturo y salió de las cortinas. Arturo fue muy sorprendido y conmovido. Vio la cara de la persona que era un hombre joven. Era un poco desfigurado, pero era rubio y tenía los ojos azules y los labios rojo sangre. Parecía tímido, sensible y se llamaba Henri.

 

Tras darse un beso de amor, ambos hombres salieron del torreón, subieron en el caballo de Arturo, atravesaron el bosque y fueron al castillo de Arturo en Villahermosa. Arturo había decidido liberar a Borán para que ayudara a otras personas a encontrar el amor. Al cabo de un mes, se casaron, fueron felices y comieron perdices.