Lycée George-Sand La Châtre

Érase una vez, en un país lejano, una princesa que estaba encarcelada en un inmenso castillo vigilado por un dragón. Era una bomba latina : tenía el pelo rubio, los ojos azules y un hermoso y generoso pecho. Tenía un tatuaje en la nalga izquierda. Pasaba todos los días en su habitación delante de su espejo. Tenía una inmensa guardarropa con muchas ropas muy cortas. En las paredes de su habitación había muchas fotos de los más guapos príncipes del mundo con muchos abdominales.

Un día estaba en braguita y estaba cantando con un peine a guisa de micro « Like a Virgin » de su ídola Madonna cuando entendió al dragón gritar : ¡un príncipe ha venido, finalmente ! Se puso guapa. Se puso maquillaje, se cepilló el pelo, se lavó, se echó perfume y puso su más guapo vestido. El príncipe estaba muy lento para matar al dragón, entonces la princesa decidió ver las « Mujeres Desesperadas » a la televisión.

Cuando el príncipe mató por fin al dragón y llegó a la puerta de la habitación de la princesa, ella le hizo esperar 45 minutos porque no había acabado el último episodio de la temporada cinco, cuando Eddy Britt moría. Cuando abrió la puerta, estuvo sorprendida porque no había nadie. Entendió una pequeña voz que decía « ¡ Mira abajo, muñeca ! ». Miró : había un gordito enano que le llegada hasta las rodillas. No era bello, era peludo con gruesos pies, era calvo... Lo rechazó y dio un portazo.

Finalmente la princesa decidió quedar encerrada en la torre del castillo para siempre. Vivió feliz y no tuvo ningún niño.